6/4/09

Dios no es la causa del dolor


¿De qué se alimenta esa desconfianza? ¿Por qué se le mete la desconfianza? ¿Por qué los niños confían y los adultos no?
Porque uno se encuentra con algo que lo desconcierta mucho: el dolor.
Uno estaba preparado para todo menos para el dolor. El dolor es el gran escándalo de la humanidad. El dolor es donde la mayoría perdemos la fe. Porque es justamente el dolor lo que no somos capaces de manejar. Cuando el dolor llega a la vida creemos que Dios nos falló, porque no hemos descubierto una cosa: que Dios no vino a quitar el dolor del mundo sino a cargar el dolor con nosotros. El Cristo que murió en una cruz cargó nuestro dolor, no nos quitó el dolor, pero nosotros sabemos que cada vez que nos duele la vida compartimos la realidad de Dios.
Dios es amor y nada más que amor y ¿qué es el amor? El amor es la capacidad incluso de sufrir el dolor por amor. De hecho no hay más amor más grande que sufrir dolor.
Dios lo único que puede hacer es sufrir contigo. Todo el dolor del mundo lo sufre Dios. Dios también pregunta por qué. Porque yo los hice para ser felices ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué el egoísmo en las casas si yo les enseñé en el amor? ¿Por qué la vanidad, por qué la envidia y por qué la violencia, por qué el terrorismo, por qué el horror, por qué? yo no les enseñé eso y entonces todo el dolor del mundo se carga sobre Dios.
Dios no es la causa del dolor. El dolor procede justamente de nuestra capacidad de hacer daño, de hacernos daño.
Todo el cosmos es un inmenso drama de vida y muerte, más aún, todo lo que hacemos los seres humanos para evadir el dolor suele producir más dolor. Toda esa gana de dinero para ver si con dinero quitamos el dolor produce más dolor.
¡Qué tremendamente dramático! La gran víctima del dolor es Dios. Nadie sufre sin que Dios sufra. Dios es la gran victima de todo el mal del mundo. Nadie sufre sin que Dios sufra en él, por él, antes de él, a través de él y mucho más que él.
Tú le preguntas a Dios ¿por qué estoy enferma? Y Dios te responde, no sé pero yo estoy enfermo contigo.
Y tú le preguntas a Dios ¿por qué muere la persona que yo amo? Y Él te responde: no sé pero a mí me mataron a mi niño en una cruz.
Y tú le preguntas ¿por qué una persona tan buena está paralizada. Y él te responde: No sé, pero a mí me han paralizado tantas veces que hay montones de vidas a las que no puedo llegar.
El está enfermo contigo, sufre contigo, es pobre contigo, desplazado contigo, abandonado contigo. Es la víctima de todas las guerras. A él le caen todas las bombas, le explotan todas las minas antipersonales, a él siempre lo engañan y de él abusan, a él lo maltratan, a él lo golpean, a él lo violan.
No hay ni un solo dolor humano que Dios no padezca con nosotros, en nosotros, a través de nosotros, por nosotros, antes de nosotros, después de nosotros y todo el dolor del mundo no tiene una causa que es Dios, sino que el dolor del mundo tiene una causa que somos nosotros. ¿De dónde sale todo el dolor del mundo? De ese lugar desde el cual el ser humano intenta vivir la vida, de eso es de lo que está lleno el corazón.


Juan Jaime Escobar

http://diosdejesucristo.spaces.live.com/default.aspx?sa=೩೯೦೯೩೮೬೧೨

1 comentario:

JORGE dijo...

Antes del pecado, pues no había dolor. El dolor entra a la historia de la humanidad cogido de la mano del pecado.

Sin embargo en Dios podemos encontrarle un sentido salvífico al mismo, al vivir la compañía de Cristo al cargar la Cruz.

Juan Pablo II decía que para muchas personas, esos momentos de gran sufrimiento han sido los más trascendentes de sus vidas.

Gracias y bendiciones